Binomio Seguridad – Seguro

Este “plan de choque” que el Gobierno regional va a poner en marcha recuerda el contenido de las disposiciones transitorias del Reglamento de Prevención de Incendios para que, dentro de los plazos establecidos por la normativa, se proceda a su cumplimiento.

No obstante, y para el resto de los miles y miles de edificios constituidos en comunidades de propietarios, de oficinas, locales, garajes, etc. con presupuestos ajustados en muchísimos casos e insuficiente en otros, siempre será aconsejable hacer una reflexión y tomar conciencia sobre la importancia que tiene la seguridad , la prevención y el contrato de seguro en siniestros, a fin de evitar daños económicos y, sobre todo, personales, que puedan llegar a ser irreparables.

¿Por qué en este orden? El refrán “es mejor prevenir que curar” también es valido para las comunidades de propietarios en las que residimos y convivimos. Es tan importante conseguir el básico e indispensable mantenimiento de nuestras instalaciones como saber contratar el seguro más aconsejable. En otras palabras, capacidad de reducción de riesgos y eficacia en la transmisión de los mismos.

El mantenimiento integral de nuestro edificio producirá una reducción importante de la siniestralidad. Ésta, a su vez, será fundamental para mantener contratos de seguro óptimos tanto en coberturas como en costo económico y evitará en muchos casos el constante y obligado cambio de compañía al producirse anulaciones por los pésimos resultados obtenidos en estas entidades.

En relación a estos contratos, debemos, en primer lugar, hacer una profunda revisión tanto de los capitales asegurados como de las coberturas incluidas en la póliza. Así, debemos incidir, sobre todo y con especial atención, en las garantías de Incendio, Explosión, Caída del Rayo y Responsabilidad Civil .

Incendio, Explosión y Caída del Rayo

El capital asegurado para la cobertura de Incendio, Explosión y Caída del Rayo debe corresponder al conjunto de cimientos, estructura, muros, paredes, tabiques, suelos, techos y cubiertas que forman parte del edificio, así como todas las instalaciones fijas que existan para su servicio (agua, electricidad, calefacción, refrigeración, telefónicas, antenas colectivas, ascensor…). También constituyen el edificio todos los anexos como garajes, trasteros, jardines, zonas de recreo, deportivas, etc.

La valoración del inmueble, sin incluir el solar, se fija tomando como guía o referencia los precios de construcción y/o reconstrucción, orientados por los distintos organismos o colegios profesionales. Se debe tener en cuenta que el importe calculado como capital asegurado corresponde al valor de reposición o nuevo de la reconstrucción del edificio, sin tener en cuenta el terreno sobre el cual esté levantado.

Responsabilidad Civil

En cuanto a la cobertura de Responsabilidad Civil, la posible indemnización no recae sobre el propio edificio, sino que la misma va dirigida a los terceros afectados por el siniestro, tanto por daños materiales como personales, así como los perjuicios directamente ocasionados.

Por lo tanto, al no seguir ningún criterio de valoración, y ante la incertidumbre de lo que pudiese acontecer, el capital asegurado debe ser lo más alto posible, ampliando la cobertura a los empleados, instalaciones, locales y anexos del edificio.

En resumen, el binomio seguridad-seguro debe ir unido y actualizado en todo momento, sirviéndose para ello de profesionales de uno y otro sector que, tras analizar el riesgo, aporten la solución oportuna, trasladándolo a las entidades que sean capaces de asumirlo.

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