Cómo hacer un certificado de eficiencia energética de un edificio completo

La mayor diferencia a la hora de enfocar un certificado energético de un edificio completo con respecto a uno de una vivienda o local individual, es el volumen de información, por lo que una buena planificación de tareas y el conocimiento de las herramientas marcan la diferencia del certificado bien ejecutado.

Realizar un certificado de edificio completo no sólo es mejor para los usuarios, por el ahorro económico y ventajas en la calificación energética que supone, sino que también supone ventajas añadidas para los técnicos encargados en realizarla. Principalmente, debido a una menor recopilación de datos y desplazamientos que se tienen que hacer (en la mayor parte de tipologías edificatorias) respecto de los necesarios para la realización de un certificado de eficiencia energética “individual” de cada una de las partes que compongan el edificio.

Con respecto a la calificación final del certificado del edificio, es decir, el resultado numérico y letra, resultará un valor medio, para entendernos, entre los obtenidos para cada una de las viviendas o locales que lo componen.

Esto sucederá tanto en emisiones como en consumo de energía primaria, por lo que principalmente beneficia a las viviendas más desfavorables del edificio (bajos, azoteas, malas orientaciones, etc.), ya que obtendrían una calificación peor mediante un análisis pormenorizado individual.

Programación y medición

En una labor de estas características lo más importante es organizar bien el trabajo para que durante el proceso no se vayan acumulando retrasos. Normalmente, para tener acceso a un edificio completo hay que ponerse de acuerdo con diferentes ocupantes del mismo, personal de mantenimiento, administración, propietarios, etc. Esto conlleva que, tanto en la fase de toma de datos como en la redacción del certificado energético requieran de una programación y orden superior al de un certificado individual. En este sentido, la administración del edificio tiene mucho que aportar, ya que suele tener acceso a todas las partes implicadas y puede aportar la documentación necesaria.

Aunque parezca raro, la toma de datos de los edificios completos resulta más sencilla que la medición de una vivienda individual. Esto se debe a que un edificio puede medirse fácilmente en su perímetro desde fuera, sin tener que ir sumando las medidas de las distintas estancias interiores. Más fácil es aun si conseguimos que la propiedad nos facilite planos del edificio, de forma que sólo hay que realizar una comprobación.

En tanto en cuanto en un edificio podemos encontrar instalaciones comunes e individuales, tener acceso a todas es una tarea bastante más complicada que en el certificado individual. El técnico debe tener acceso a todos los equipos de agua caliente, calefacción y refrigeración (e iluminación en el caso de tratarse de un uso terciario) que se encuentren en el edificio, por lo que deberá entrar en cada una de las viviendas y en las posibles salas de máquinas comunitarias. En estos casos se suelen crear subgrupos de equipos con características similares para simplificar el proceso (calderas de condensación, calderas estancas, termos eléctricos, etc.). En muchos casos, este tipo de certificados los solicitan propietarios únicos que tienen en alquiler el edificio completo, por lo que las instalaciones son las mismas para cada tipología y facilita en algo la toma de datos. Al igual que en el certificado individual, la observación y los conocimientos del técnico son imprescindibles para poder analizar el tipo de edificación en lo que respecta a su comportamiento energético. Lo que queda claro es que en un certificado de edificio completo van a entrar en juego más elementos que en una vivienda individual y se ha de tener acceso a todos estos elementos y que son fundamentalmente el sótano, la cubierta y las terrazas. También es importante tener acceso a la documentación que pueda aportar la comunidad, ya que se puede tener información objetiva sobre datos constructivos de importancia (por ejemplo los utilizados en la cubierta si ésta es plana), reformas relevantes con las características de la misma, inspecciones del edificio previas (ITE’s previas, tasaciones, valoraciones, etc.

Redacción del certificado energético

La elaboración del documento se realiza en nuestras oficinas por el técnico certificador, realizando los cálculos necesarios y volcando todos los datos recopilados al programa de cálculo. Esta tarea difiere poco de la que se ha de realizar para un certificado individual, pero la diferencia se encuentra en la cantidad de metros cuadrados que se están analizando de una sola vez y el tiempo que llevaría su análisis pormenorizado. En esta fase vuelve a ser imprescindible la experiencia del técnico a la hora de gestionar toda la información que ha recopilado y de usar el programa informático de forma correcta, dado que el número de entradas en los programas se multiplica para cada uno de los elementos en cuestión.

Por último, es importante destacar los factores que inclinan la balanza hacia la certificación energética del edificio completo. Principalmente, podemos hablar de ahorro en tiempo y en dinero, coherencia en la calificación y la posibilidad de obtener ayudas para la rehabilitación energética. Un factor decisivo, respecto al interés del propietario, a la hora de elegir entre un certificado individual y uno del edifico completo es el económico, que en certificación energética, hoy por hoy, supone el 90% de las contrataciones en nuestra experiencia.

Lógicamente, la realización de un certificado de edificio completo es mucho más eficiente que la certificación pormenorizada de todas las viviendas del mismo, y esto tiene su repercusión económica dada las enormes diferencias en tiempo tanto en toma de datos como en elaboración y cálculos del certificado, y en el no menos despreciable tiempo de la realización del Registro en la Delegación de Industria.

Fuente: CAF MADRID

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